El oficio de retratista es complejo y arriesgado, si además le sumas complicaciones técnicas por utilizar procesos fotográficos antiguos descubiertos en 1856, pues aun se complica más. Tener en mi estudio a Hermann Tertsch en directo y en persona, requiere optimizar tus recursos e intentar tener todo tu equipo bien a punto y preparado.
Esta mañana de domingo sobre las 12 de la mañana comenzamos la sesión, un ligero maquillaje, retoque y ajuste de luces, preparar los químicos, colodionar la primera placa y hacer que Hermann no se moviera durante casi 15 segundos. Pasar al laboratorio, sumergir la placa en el revelador y disfrutar como, en pocos segundos la imagen aparece por arte de magia. Si, parece sencillo, pero siempre algún detalle te puede salir mal.
Comparto el resultado y ser vosotros quien decidáis si el retrato refleja bien a un periodista, conocido bajo el nombre de Hermann Tertsch.